Como todo lo que pone en cuestionamiento el status quo de las cosas los vinos naturales tienen fanáticos y muchos más detractores. La definición de vinos naturales causa confusión entre consumidores desinformados y también; debates y controversia entre expertos del mundo del vino que creen que su verdad es «la verdad». Los hay a favor y en contra, algunos defienden su filosofía, otros atacan sus posibles defectos. Este tema atrae mucha prensa porque lo sostenible y sustentable está de moda.
Sustainable en inglés abarca dos conceptos del idioma español, sostenible y sustentable. La sostenibilidad se refiere, por definición, a la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre tres cosas: el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social. La sustenbilidad va de lo mismo pero enfocada únicamente a los recursos naturales.
En el concepto más básico todos los vinos son naturales porque no es una bebida producida de forma sintética. El vino es jugo de uva fermentado y las uvas son frutos que contienen todo lo necesario para convertirse en vino. Al evaluar la etimología de la palabra “natural” vemos que es un adjetivo que tiene por significado que es “de la naturaleza, relacionado con ella o producido por ella sin la intervención del hombre.” Adherirse de forma estricta a esta definición ha llevado a los detractores del movimiento natural a argumentar en contra de la categoría, invalidando su veracidad y diciendo que el vino no puede elaborarse sin la intervención del hombre. Sí, por el contrario, utilizamos el concepto para establecer cuán natural es un vino en comparación con otros entonces aparecen posibilidades de prácticas para aplicar tanto en el viñedo como en la bodega que acercan al producto a una definición ideal.
El vino es jugo de uva fermentado y las uvas son frutos que contienen todo lo necesario para convertirse en vino.
Las palabras tienen por objetivo comunicar y, en mi opinión, debemos transmitir ideas que sean entendibles para nuestros receptores, en este caso los consumidores, y eso se logra utilizando un lenguaje que sea de fácil comprensión. Lo primero que pensamos al escuchar la palabra natural es en la naturaleza y todo lo que viene dado por ella es puro y vivo. Es por eso que definir a un vino como natural favorece al entendimiento del objetivo de este movimiento y filosofía que, en su forma más anarquista, se niega a ser encasillado. En mi opinión, y desde un punto de vista muy romántico, querer definir al vino natural es no entenderlo. Dale un mordisco al icónico bagel de Nueva York, https://fakewatch.is/ con capas de queso crema y salmón ahumado.
Se promociona que los vinos naturales son impredecibles, vivos, enérgicos y sorprendentes. Sin embargo, a pesar de ese mensaje joven, el movimiento natural también reconectó al vino a la agricultura clásica como se había practicado durante siglos antes del surgimiento de la industria y la tecnología aplicado a la viticultura ancestral. Los productores de vino toman consciencia en cómo tratan al medio ambiente en su viñedos y fuera de ellos. Ser sostenible y sustentable no va solo del producto final. La coherencia en cada una de las acciones de la marca es lo que diferencia a los que se suben al tren por moda y a los que realmente son conscientes y quieren impactar de forma positiva en todo lo que hacen.
Para muchos productores que adoptan la sustentabilidad y sostenibilidad en todas sus formas uno de sus motivos es ser capaces de crear mejores y más interesantes vinos. Creen que el vino que se produce con uvas cultivadas en suelos con mínima intervención pueden absorber el carácter que el terroir es capaz de proporcionarles. El vino como producto de la tierra resuena entre las historias de los productores naturales que buscan una conexión emocional y significativa con sus clientes.